lunes, 16 de enero de 2012

Como generar un ambiente de bendición.

Como cristianos, tenemos muchas oportunidades de ser de bendición a los que nos rodean. Es decir, que en lugar de tener la misma mentalidad de los que no tienen a Dios y quejarnos de lo mal que andan las cosas, podemos ser luz y testimonio en medio de ellos (Ef. 5: 6-11). Entonces, en lugar de acoplarnos al discurso negativo del mundo, nosotros, como hijos de Dios hagamos la diferencia. Por lo tanto, en cualquier lugar que estemos procuremos generar una atmósfera de bendición. En toda circunstancia busquemos aportar cosas buenas y no de las otras (Ef. 5: 1-5). Así sea una palabra de ánimo, de ayuda a alguien, o lo que fuera; lo importante es la actitud con que lo hagamos.

   Así, si uno anhela ser de ayuda o bendición, no es algo que sea  muy rebuscado o difícil de hacer. Tenemos muchas maneras de generar un ambiente de bendición en donde sea que estemos. Aunque para lograr este cometido debemos primeramente, generar nosotros una atmósfera agradable con nuestras actitudes y hechos, lo cual tienen origen en una mentalidad renovada con la Palabra, ya que de otro modo no funciona (Ef. 5: 19-20, Fil.4:8). Entonces, teniendo en cuenta lo dicho precedentemente, aquí paso a dar algunos ejemplos prácticos.

   1) Generamos un ambiente de bendición cuando somos de ayuda a otros, y no de estorbo. (Gá. 5:7-10, 25-26).
   Cuando somos personas que estamos dispuestas a ser de ayuda en donde sea que Dios nos haya colocado, - así sea en el trabajo, en la iglesia o aún en nuestro hogar- procuramos tener una actitud positiva y de servicio al otro. Busquemos, asimismo, no ser como esa gente que nos complican las cosas, sino seamos conocidos por ser todo lo contrario.

   2) Generamos una atmósfera de bendición  cuando somos la solución y no el problema. (2Ti. 2:25).
   Esta es similar a la primera, pero acá se enfatiza más que, cuando hay un conflicto en algún lado, nosotros seamos conocidos por aportar soluciones o respuestas; y no por ahogarnos en un vaso de agua. Ni tampoco seamos de los que se pasan hablando de lo grande que es el problema. Por eso procuremos hablar palabras de bendición o de ánimo en toda circunstancia, ya que una atmósfera de bendición  atrae la bendición.

   3) Generamos un ambiente de bendición cuando ponemos paz en medio de la contienda. (2Ti. 2: 23-24).
   En esto se refleja el verdadero carácter del cristiano, que tiene la paz y el fruto del Espíritu. Entonces, en donde haya pelea, discusión, divisiones, o cualquier clase de tirantez, él actuará en sabiduría y amor, conciliando, poniendo paz y generando un buen clima a su alrededor. Aunque aquí vale hacer una aclaración: todo esto lo haremos en la medida de lo posible. Porque a veces es más sabio callarse, y huir. Esto es, retirarse para no sufrir daño de balde. Por eso en todo nuestro proceder tengamos sabiduría.

   4) Contribuimos a generar una atmósfera de bendición cuando confrontamos los problemas en sabiduría, en lugar de ignorarlos o encubrirlos. (Prov. 28:13, Gá. 6:1).
   Esto es algo que suele pasar seguido en las iglesias. Pero el barrer la basura bajo la alfombra nunca ha sido la solución en ningún lugar del mundo. Aunque cueste, hay que enfrentar los conflictos con la sabiduría de Dios. Aunque a algunas personas les resulte incómodo, es de esa forma que funcionan las cosas. Asimismo, al hacer las cosas de la manera correcta redundará en bendiciones sin igual.

   5) Cuando le hacemos un regalo a alguien, así sea grande o pequeño, también contribuimos a generar una atmósfera de bendición. (He. 13:16, Gá. 6:9-10).
   Por ahí no tengamos un cargo o puesto influyente, pero aun así podemos poner nuestro granito de arena para crear un ambiente agradable en el lugar en que estemos. Puede ser con una palabra oportuna alguien, o aún regalándole algo aunque parezca algo sin importancia. Para Dios siempre es importante porque Él ve tu corazón más allá de las apariencias.
  

   Vimos asimismo, algunas pautas prácticas para generar un ambiente de bendición alrededor nuestro. En primer lugar,  ser de ayuda y no de estorbo. Luego vimos la importancia de ser de ayuda, y no de estorbo para los que están cerca nosotros. En tercer lugar vimos poner paz en medio de la contienda; siempre que sea posible, claro está. Cuidemos no ser de los quieren apagar incendios con nafta, o de poner leña al fuego. Seamos pacificadores. El cuarto punto que vimos era el confrontar los conflictos que pudieran surgir, con la sabiduría de Dios, en amor y misericordia; que es la única manera posible, ya que de otra forma sabemos que no funciona. Y en quinto y último lugar, también vimos que se puede generar una atmósfera de bendición aún haciéndole un regalo a alguien, o alguna otra cosa que por ahí se vea pequeña. Pero para Dios no hay cosas pequeñas o sin importancia, porque recordemos que Él mira nuestro corazón.
  
   Por lo tanto, procuremos en todo tiempo, ser de bendición en donde sea que Dios nos haya colocado.
  

No hay comentarios:

Publicar un comentario