sábado, 16 de noviembre de 2013

Por más que conspiren, en ti confío.


   Es en esos momentos cuando sientes que tu problema, tu lucha, o tu tribulación, parece más grande que cualquier otra cosa; es en esa circunstancia cuando más te debes tomar de Dios y confiar en Él. Poner tu mirada sólo en Él, y no prestarle atención al enemigo cuando quiera venir a tí con pensamientos negativos y malos. Yo no sé lo que a ti te pueda estar sucediendo, o el tamaño de tu problema. Pero Dios lo sabe, y puedes tener confianza en su fidelidad y su poder. Por eso mismo te dejo estas palabras que a mí me han servido; y no permitas que nada ni nadie apague tu fe en el Soberano y Todopoderoso Dios.

  
Isaías 54:15 y 17. Si alguno conspirare contra ti, lo hará sin mí; el que contra ti conspirare, delante de ti caerá. Y  Ninguna arma forjada contra ti prosperará, y condenarás toda lengua que se levante contra ti en juicio. Esta es la herencia de los siervos de Jehová, y su salvación de mí vendrá, dijo Jehová.
   Salmo 35.Se levantan testigos malvados; De lo que no sé me preguntan; Me devuelven mal por bien, Para afligir a mi alma. Pero yo, cuando ellos enfermaron, me vestí de cilicio; Afligí con ayuno mi alma, Y mi oración se volvía a mi seno. Como por mi compañero, como por mi hermano andaba;
Como el que trae luto por madre, enlutado me humillaba. Pero ellos se alegraron en mi adversidad, y se juntaron; Se juntaron contra mí gentes despreciables, y yo no lo entendía; Me despedazaban sin descanso; como lisonjeros, escarnecedores y truhanes, Crujieron contra mí sus dientes. Señor, ¿hasta cuándo verás esto? Rescata mi alma de sus destrucciones, mi vida de los leones. Te confesaré en grande congregación; Te alabaré entre numeroso pueblo. No se alegren de mí los que sin causa son mis enemigos, Ni los que me aborrecen sin causa guiñen el ojo. Porque no hablan paz; Y contra los mansos de la tierra piensan palabras engañosas. Ensancharon contra mí su boca; Dijeron: ¡Ea, ea, nuestros ojos lo han visto! Tú lo has visto, oh Jehová; no calles; Señor, no te alejes de mí. Muévete y despierta para hacerme justicia, Dios mío y Señor mío, para defender mi causa. Júzgame conforme a tu justicia, Jehová Dios mío, Y no se alegren de mí. No digan en su corazón: ¡Ea, alma nuestra! No digan: ¡Le hemos devorado! Sean avergonzados y confundidos a una los que de mi mal se alegran; Vístanse de vergüenza y de confusión los que se engrandecen contra mí. Canten y alégrense los que están a favor de mi justa causa, Y digan siempre: Sea exaltado Jehová, que ama la paz de su siervo. Y mi lengua hablará de tu justicia Y de tu alabanza todo el día.(Vs. 11-28). 

  
En todo tiempo busco confiar y apoyarme en Ti, Señor. Sé que siempre conmigo estarás y nunca me abandonarás. Porque sé que al confiar en ti, no seré tampoco avergonzada porque tú eres un  Dios fiel y que siempre cumples tu palabra. Por eso que en tu Palabra yo me apoyo, que nunca falla. Porque las personas fallan y aún mienten, pero tú, Señor, nunca te equivocas y tus designios son santos y perfectos. Por más trabas y dificultades que el enemigo me quiera poner, sé que tu voluntad y tu propósito en mi vida se cumplirá. Sé que no peleo sola. Sé que de Ti nadie se puede esconder ni burlar. La ley de la siembra y la cosecha aún sigue vigente, y siempre se cumple. Que los que conspiraron contra mí no quedarán impunes. Tú los has visto, Dios. Sabes quienes son porque nadie puede esconderse ni escaparse de Ti, que eres tan grande y poderoso. Porque tú conoces mi dolor y mis lágrimas derramadas por tanta injusticia que me han hecho. En Ti confío, Cristo Jesús, porque sé que me darás la victoria y porque tienes misericordia de mí. Porque tus misericordias son nuevas cada día, y nunca se terminan. En Ti espero porque sé que me recompensarás y me darás mucho más de lo que yo me podría imaginar. Sé que todo esto que ha venido pasando no ha sido en vano, que no me iré con las manos vacías ni triste. Sé que hay un propósito bueno y que esta vez será diferente porque me tomé de tu mano con todo mi ser. Por más que haya gente a la que le moleste y aún trate de poner todas las piedras posibles en el camino, aún así venceré. Porque en Ti, Cristo Jesús, soy vencedora y más que vencedora. Por más que haya gente a la que le moleste, ganará el amor y no el odio. Y hoy será el día de mi milagro. En Ti confío, bendito Dios.

Silvia ’13.