Ahora aquí surge otra cuestión: que uno sea influenciado por
la cultura circundante es una cosa; en cambio, querer imitar o copiar lo del mundo
es algo muy distinto. Esto sí que es algo que nunca he logrado comprender: el
querer ganar a la gente para Cristo usando los mismos métodos o recursos del
mundo. En lugar de tratar de ser originales, y hacer algo nuevo y fresco,
terminamos siendo una fotocopia de los grupos o bandas seculares. Sé que en
este punto por ahí, muchos no estarán tan de acuerdo conmigo. Hasta podrían
pensar que es una opinión personal mía, y hasta cierto punto, puede que a lo
mejor lo sea. Sin embargo, desde hace mucho tiempo hay algo que vengo
observando en el campo de la música cristiana, que por cada banda o grupo
famoso que aparece a nivel secular; casi siempre, o siempre tal vez, surge la
“versión” cristiana del mismo. Es decir,
otro grupo con un estilo muy parecido al “original” pero con la diferencia de
que estos hacen música cristiana. Y justamente eso es lo que no me cuadra. De
eso es de lo que hablo cuando digo que podemos ser originales, y hacer cosas
nuevas. No tenemos necesidad de ser fotocopias de nadie de esta tierra, si Dios
nos hizo únicos. Porque si somos hijos de Dios, y sabemos que Él nos puede dar
creatividad, no dudemos en pedírsela, y ¡usarla! Generemos cosas nuevas. No nos
limitemos a ser reactivos o contestatarios de lo secular. Seamos creativos y
originales en todo, lo cual incluye también la música que compongamos. Que
nuestro límite sea solamente la
Palabra de Dios; es decir, que lo que hagamos musicalmente
sea algo agradable al Señor, y con un nivel de excelencia. Porque a Dios
debemos darle siempre lo mejor, no algo inferior ni de baja calidad.
Volviendo al punto
principal, acerca de cuál es “la música de Dios”, buscaremos-por si aún queda
alguna duda- la única respuesta válida: la respuesta bíblica. Entonces, de
acuerdo a la Biblia ,
uno podría decir que a Dios le agrada la música suave, si sólo ve lo que dice
el Salmo 147:1
“Alabad a JAH, Porque es bueno cantar salmos a nuestro Dios;
Porque SUAVE y hermosa es la alabanza.” Sin embargo, también vemos que en el
Salmo 30:11-12 el salmista cantó, se alegró, y BAILÓ delante de Dios. En el
Salmo 100:1-2 se nos insta a venir a la presencia de Dios con regocijo,
servirle con alegría, y cantarle alegre. Y así podría seguir dando muchos
ejemplos de esto. Pero sólo daré dos más: los Salmos 148 y 149, en los cuales
se puede apreciar que Dios es un Dios dinámico y alegre; no es apagado ni
estático. También vemos que a Dios le agrada en gran manera la música. Por eso,
no cometamos, entonces, el gran error de querer encerrar a Dios dentro de un
estilo de música en particular. No mezclemos nuestros gustos personales con lo
que a nosotros nos parece que a Dios le agrada. En la Escritura no dice que a
Dios le guste alguna música en especial; como tampoco dice que le disguste
alguna otra en particular. Por otro lado lo que sí dice, es que a Dios lo que
sí le agrada es un corazón contrito y humillado (Salmo 51:17).
A Dios también le
agrada, como dije antes, que seamos originales, porque dice en varios Salmos
que le cantemos cántico nuevo (Salmos 33:1, 40:3, 147:1, y otros más). Además
podemos ver en el Salmo 150, que Dios nos exhorta a alabarle con distintos
instrumentos de música. Se enumeran varios instrumentos, y no se prohíbe
ninguno en especial. Más aún, en el Salmo 149:6 se nombra específicamente a la
voz humana cuando dice que, “Exalten a Dios con sus gargantas…” Es decir, se
nos exhorta también a cantarle. En cuanto a Efesios 5:19 tiene también el mismo
sentido. Por eso, no le hagamos decir a la Palabra , cosas que la Palabra no dice.
Recordemos lo que dice al respecto en Ap. 22:18-19.
Para concluir
diremos entonces, que ha quedado más que respondida la pregunta que plateamos
al principio, en cuanto a cuál es la música que agrada a Dios. Por eso no le
busquemos más el lado complicado al tema, ni emitamos juicios basados en
nuestras apreciaciones personales y subjetivas. Dejemos de condenar lo que Dios
no condena. Pero eso si, seamos creativos y originales a la hora de componer
música o escribir letras. Siempre busquemos nuestro propio estilo, único y personal.
En cuanto a los que querían una respuesta más “concreta” en el tema de la
música agradable a Dios, como ya dije líneas más arriba, quedó más que claro el
asunto. Aunque no fuera de la manera que algunos esperaban.
SILVIA’13