miércoles, 4 de abril de 2012

En presencia de mis enemigos.

En presencia de mis enemigos,
Oh Dios, tú me has levantado.
Mi cabeza unges con aceite.
Llenas mi vida con tu poder
Y pones en mi boca alabanza.
Delante de los que me afligían
Tu mano de misericordia
Se ha extendido a mi favor.
Delante de los que mi mal deseaban,
Tú secaste mis lágrimas
Y me sostuviste.
En presencia de mis angustiadores,
Tú me haz bendecido grandemente.
Has multiplicado mi gozo,
En presencia de los que querían
Verme por siempre en tristeza.
Tu mano en todo tiempo me sostiene,
Y tu gracia nunca se ha ido de mi vida.
Porque tú, oh Dios, has levantado mi cabeza,
En presencia de mis enemigos.

Silvia Carrizo
    

Papá te lleva en sus brazos.

   No temas. Papá te lleva en sus brazos y te cubre con su manto.
   Ya no estés triste, Él te consuela y enjuga tus lágrimas.
   Ya no te sientas solo, Él siempre está a tu lado.
    Si lloras, Él contigo se duele. Y si ríes, Él también reirá.
    Si acaso te caes, Él te levantará.
    Si te lastimas, Él con amor vendará tu herida.

    No temas. Papá te llevará en sus brazos cuando a ti te falten las fuerzas para caminar, y su mano fuerte siempre te sostendrá.
    En lo peor del desierto también te guardará; aún del rayo del sol, de las víboras o las fieras; de todo peligro tu vida protegerá.

    A lo largo de todo el camino, Papá nunca te abandonará. En todo momento caminará a tu lado, y te guiará. Así sea que por el fuego o por el agua vayas, Él te guardará y nadie te podrá hacer mal.

    A tu Tierra Prometida Papá quiere llevarte, y todo lo mejor poder darte. Ahora y siempre.

    En todos los días de tu vida, Él siempre a tu lado permanecerá.
    Papá en todo tiempo contigo estará. Siempre sus brazos estarán dispuestos a abrazarte, su corazón  a perdonarte cuando fallas, porque su misericordia nunca se agota. Y Papá siempre te levantará en sus brazos en lo más difícil del camino, con ternura y bondad.
    Papá con tierno amor cuida de ti, porque a tu lado Él siempre está. En cada  momento de tu vida, en cada día, en cada instante, y por toda la eternidad.

   Referencias bíblicas: Salmo 91:4-6,10-13; Is. 43:2.

   

Un tiempo de nuevos comienzos.

Anteriormente había hablado en que hoy y ahora es tu temporada, tu tiempo para brillar. Sin embargo, lo que en el día de hoy quería decirte es que más allá de cómo te haya ido en el pasado,  Dios te dice una vez más que hoy es tu tiempo para comenzar de nuevo. No importa la cantidad de veces que lo hayas intentado antes, ni tampoco que ya hace rato te hayas rendido y tirado la toalla. Al Señor no le interesa eso sino que él quiere que tú te levantes y comiences de nuevo. En el Salmo 118: 24 dice que este es el día que Dios hizo para nosotros, y que Él quiere que nos alegremos y gocemos en él. Con esto quiero decir que la confianza en el Señor debe ser motivo de gozo y paz para nosotros. En este tiempo de nuevos inicios, esta confianza en Dios debe ser alimentada en nuestras vidas y dejar que Él dirija cada paso que demos. Esta es la hora en que tu vida puede experimentar cambios profundos que determinarán tu futuro. Y es un buen tiempo para comenzar nuevos proyectos, y caminar en victoria como vencedores que somos en Cristo.
   Más aún, es el tiempo y la hora además, de completar lo que uno ya haya  iniciado con anterioridad. Nunca es tarde. Para Dios nunca es tarde si uno está dispuesto a ponerse en sus manos y así ser un instrumento de honra para él. Porque lo bueno no sólo es empezar algo sino también finalizarlo; no dejarlo por la mitad ni hacerlo a medias. Porque este es el tiempo de lo completo, de lo pleno. Y el deseo del corazón de Dios siempre fue que pudiéramos alcanzar nuestro destino en Él. Recuerda que en Cristo todo lo podemos, y que cuando estemos cansados él nos dará fuerzas como las del búfalo. (Fil. 4:13, Salmo 92:10)
    Cuando digo que este es un tiempo de nuevos comienzos significa que esta es tu hora y tu oportunidad para comenzar proyectos nuevos, mirar adelante y dejar atrás el pasado. Este es tu tiempo para comenzar de nuevo. Porque Dios en esta hora quiere cambiar tu lamento en baile, quitarte las ropas ásperas de la tristeza y vestirte con atuendos de alegría. (Salmo 31:11). Esta es tu hora para que revivan esos sueños que quedaron muertos dentro de ti, para que avances en victoria, para que nunca permitas que nada ni nadie pueda matar todos esos anhelos y sueños que Dios ha puesto en tu vida. Recuerda que para comenzar de nuevo nunca es tarde. Por lo tanto, la edad tampoco debe ser un impedimento para que puedas hacerlo; sino fíjate en las historias de Abraham o Moisés, por nombrar sólo dos.
    Por eso, decreta en el nombre de Jesús que hoy sea un nuevo comienzo en tu vida. No dejes que nada te detenga. ¡Avanza! Más aún, haz que cada día pueda ser un nuevo comienzo y  Dios siempre lo hará nuevo para ti. Bendecidos.